FONÉTICA MEDIEVAL
El castellano medieval
contaba con algunos sonidos que no se han conservado, es decir, que el
castellano actual no los incorpora. La pronunciación moderna de nuestro idioma
quedó fijada, aproximadamente, entre la segunda mitad del siglo XVI y la
primera mitad del siglo XVII. Vemos, a continuación, las diferencias de
pronunciación que presentaba el castellano medieval en comparación con el
castellano moderno:
- Distinguía dos
variedades de S: una de ellas sorda (o lo que es lo mismo: sin vibración en las
cuerdas vocales) que se solía escribir Ss cuando iba entre vocales –viniesse,
por ejemplo- y S cuando se situaba en posición inicial –silla- o tras
consonante –pensar-; y la otra sonora, cuando iba en posición intervocálica,
que se escribía siempre S –casa-. Esta distinción pareció extinguirse en el
Siglo de Oro, y sólo pervivió la variación sorda, que es la que ha llegado
hasta hoy y que se escribe S.
- Había también una Ç
sorda y una Z sonora, como en Plaça, o en Hazer. Se pronunciaban prácticamente
como Ts, la primera, y como Ds, la segunda (Platsa, Hadser). A comienzos del
siglo XVI ambas adquirieron su sonido actual –interdental-, pero la primera
siguió siendo sorda (sin vibración de las cuerdas vocales) y la segunda sonora.
Finalmente, esta distinción se perdió también a lo largo del siglo XVII, y
subsistió solamente la que se mantiene hoy en día, la sorda. Un sonido que se
escribe con C cuando va antes de E o I, y Z cuando va ante A, O o U.
- Existía una X sorda
(palatal fricativa sorda, que sonaba más o menos como la Ch francesa) y una G o
J sonora (prepalatal africada o fricativa sonora, más o menos equivalente a la
G y la J francesas). Nuevamente, a comienzos del siglo XVI se articulaban ya a
la manera de la G y la J modernas, si bien la X seguía siendo sorda y la G y J
sonoras. A comienzos del siglo XVII prevaleció, como en las otras ocasiones,
tan sólo la variedad sorda, es decir, la G y la J modernas, que empezaron a
pronunciarse con el mismo sonido: dijo, hijo, coger.
- La lengua medieval
diferenciaba entre la B (bilabial oclusiva sonora, como en barco), que procedía
de la P latina (de recipio se pasó a recibo); y la V (escrita V o U) que
procedía de la o V latinas (de amava a amaba, de caballum a caballo), que se
pronunciaba como actualmente cubo o nave (bilabial fricativa sonora). Durante
el siglo XVI se perdió la B oclusiva en posición intervocálica, y sólo quedó la
variedad fricativa. Se igualaron, por tanto, las pronunciaciones de recibo,
amaba y caballo. La B bilabial oclusiva sonora (escrita B o V), se mantiene en
la pronunciación actual sólo cuando es inicial absoluta: barca, bola, bota; y
cuando va detrás de M o N: bombardeo, enviar.
- Por último, la H procedente de la F
inicial latina se pronunciaba aspirada, pero a lo largo del siglo XVI fue
perdiendo la aspiración y, al final, dejó de pronunciarse.